me dijiste que tus pies
Me dijiste que tus pies ya no querían dar más pasos,
que tus labios no querían de nuevo, golpear como flecha estrellada los míos,
pero volviste a decir que me querías, y todas esas cosas...
recuerdo aquellos barcos varados,
donde las bocinas,
con hambre,
dieron la vuelta al mundo,
recuerdo aquel otoño juntos en los bosques de Irati,
donde reíamos por cualquier cosa,
donde recogíamos las hojas de xantofila y las guardábamos,
me enseñaste a comer el maíz dulce y freír la yuca áspera,
ahora todo es diferente,
me dijiste que en septiembre era cuando más llovía.
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