Cuento de Navidad

Arborn Heard, era una pequeña población de no más de dos mil personas, todos se conocían,.Situada al norte de los Estados Unidos,muy cercana de la frontera con Canadá. El río Achatongwa ,caudaloso , atravesaba el pueblo. Arborn Heard estaba circundada por bosques de fresnos,arces y cedros. La mayoría de los lugareños fabricaban su propio whisky, añejado durante años en viejas barricas de roble, que degustaban en estos días de diciembre y seguían en los restantes meses del año. La nieve cubría gran parte de los tejados.
Las casas humeaban.
Era la mañana del veinticuatro de diciembre ,la familia Wilkinson preparaba el desayuno, Ron Carpenter ,se levantó el primero como siempre y también como de costumbre, volvió a quemar las tostadas por enésima vez,mientras su mujer, Annita bajaba las escaleras desde el dormitorio,preguntándose si era cierto que volvía a oler a quemado. Sus dos hijos Joshep y Marian no tardaron en aparecer en la cocina, tras escuchar el ajetreo proviniente de la parte baja de la casa. También olieron el estropicio de su padre, pero no dijeron ni una palabra, al menos sabían que papá era un experto en  freír bien crujiente el bacon y en dejar jugosos los huevos revueltos.
Hacia mucho frío, las calles seguían nevadas. Joseph tenía once años, Marian trece. La cocina,al igual que toda la casa estaba caliente.

En lo alto de una ladera, a trescientos metros del pueblo, en una casa de madera ,podía verse el humo espeso salir por el tejado,proviniente de la chimenea,donde vivía el viejo Bill.
Bill rondaba los ochenta años, muy poco se conocía de él, casi nunca bajaba al pueblo ni tan siquiera  para comprar. Se rumoreaba que fue pescador en Alaska, o que estaba huido de la justicia. Todos tenían miedo de él, nadie quería acercarse a pocos metros de su casa,otros decían que era miembro de los Potawatomi. La gente del pueblo a menudo lo veía a lo lejos, vestido con lo que parecía eran pieles de animales.En  las noches de invierno,  veían luces que destellaban, cerca de su casa y los lobos auyaban más fuerte de lo que habitualme  habian podido escuchar.

Anitta se abrigó, dispuesta a salir a comprar para la cena de Nochebuena.Ron,con una de sus tostadas quemadas en la boca,embadurnada de mantequilla de cacahuete y mermelada de arándanos, se despidió con la mano de todos los integrantes de la familia. Antes de salir por la puerta,se sacó la tostada de la boca y dijo:
-Anitta ,acuérdate de comprar café, acaba de terminarse en el desayuno.

A la media hora,Anitta dejó la casa con los dos muchachuelos viendo la televisión al amparo y cobijo de la chimenea caliente y crepitante del hogar.
Tenía ya decidido que hacer para la cena,
pavo relleno al horno , puré de patatas con salsa gravy y dulces con frutas silvestres de postre.Recordó que debía comprar también una serie de adornos para el árbol de Navidad ,que iluminado con pequeñas bombillas de colores ,destellarian a cada segundo desde un rincón del salón.

Sonó el teléfono, Wendy,amiga de Marian, preguntó si podía ir a su casa, aún llevaba la pierna escayolada, después de haber tenido una caída tonta por culpa del hielo,estaba sola y queria verla antes del día de Navidad.
La casa de Wendy lindaba con la del viejo Bill. Marian le dijo a su hermano que regresaría en breve, cruzó la puerta y empezó a recorrer la empinada calle, por la vereda del cauce  del río, embozada y acurrucada en su abrigo,hacia el bosque.
En el cruce que dividía la casa del viejo Bill y la de su amiga Wendy, un pequeño cachorro de lobo,se quedó mirándola fijamente,caminaba a duras penas, parecía tener una pierna quebrada.Marian se compadeció y fue hacia él, cuando ya lo tenía cerca,el cachorro empezó a dar saltos en dirección a la casa del viejo, Marian dudó seguirlo, pero lo hizo,el lobezno siguió camino arriba entre la senda del bosque y Marian por mucho que corría,no podía alcanzarlo,hasta que el cachorro se detuvo, Marian alzó la vista y vio la casa del viejo a veinte metros de ella, el viejo Bill estaba plantado en el umbral de la puerta de oscura madera,
con la vista fija en ella.
El viejo salió corriendo,rápido ,con los brazos en alto, diciendo que se alejara, pero Marian avanzó hacia el cachorro de lobo para cogerlo .En ese instante,los ojos del lobezno se tornaron orondos,inyectados en fuego,su cuerpo se agrandó y alargando unas inmensas garras, atrapó a Marian. Al instante, un gran hoyo se abrío entre la nieve cayendo los dos hasta el fondo, mientras se escuchaba un grito hondo de pavor, durante unos segundos,hasta que de pronto, dejó de oírse nada más , mientras aquel hoyo, fue cerrándose mágicamente, hasta volver a aparecer de manera repentina e inimaginable,la blanca y compacta nieve, como si no hubiera ocurrido nada. 
No volvió a saberse nada más de Marian. El viejo Bill se detuvo a la carrera, puso sus manos en su cabeza, vociferó y maldijo, cayó de rodillas en el helado terreno, con las manos tapándose el rostro. Después de unos segundos,se levantó y volvió a entrar en la casa.

Anitta compro un gran pavo en el supermercado,este año volvieron a subir el precio, pesaba unos siete kilos, el relleno lo haria con grandes lonchas de bacon ahumado,huevo duro, cebolla y migas de pan de maiz, recordó, difícil en ella, que no había comprado el café que su marido Ron le pidió, pero ya no le apetecía volver a entrar y hacer de nuevo la cola inmensa para pagar .
Caminó hacia el aparcamiento, subió, arrancó su viejo Ford y se dirigió a casa.




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