POEMAS NO SE SI REPETIDOS
El Maestro, con ego despierto,
no buscó más que prestigio anhelado,
de un disperso y antiguo pasado,
oscuro y osco su futuro incierto,
El quiso ser un humano experto,
de todo aquello Santo arrebatado,
puro de todo que nadie ha hilado,
ni sabe ni supo por más despierto,
de obras y penas es ilustrado,
no hay mayor erudito en España,
de temas manidos e inéditos ,
su pica de tercio viejo rebaña,
añejo y adscrito a todo pasado ,
su ego y su camisa nadie empaña.
En el malecón a esas horas de la tarde, los muchachos se lanzaban al mar por última vez,
Las parejas de turistas cogidos de la mano ya se dirigían sin prisa hacia los hoteles de primera línea,
Al oeste, el sol, ya ruborizado,se iba poco a poco escondíendo,
No sabía que hacer esa última noche,
quizá fuése a cenar al casco viejo,o quizá me iría a dormir y pensaría en lo corto que había sido el viaje.
Las olas golpeaban fuerte las piedras apelmazadas y en parábola, manchaban de sal mi camisilla blanca.
Llegué al Nacional, y decidí no subír a la habitación, me senté en una de esas sillas de madera bajo los arcos abovedados,
la brisa oscura golpeaba mi frente sudada,
En el bar Copablanca,frente al mar...
Una muchacha morena,delgada de uniforme blanco con ribetes negros,se acercó y me preguntó
- desea algo señor?
la mire,pensé unos segundos y le dije..
- una cerveza grande por favor
la muchacha sonrió y dijo "a la orden"
Al fondo las aves daban sus últimos vuelos para luego desaparecer y ya no saber más de ellas hasta el día siguiente,
era todo tan extraño,
era todo tan triste...
A los pocos minutos
llegó la misma muchacha y puso el vaso de cerveza en la mesa,debajo de un redondo y amplio posavasos.
Muchas gracias,le dije,
"A la orden" volvió a decirme,
mientras se alejaba , me dejaba solo con mi pena y mi tristeza.
El Coastway, un hilillo de tierra, adentrándose en pleno Pacífico,
al fondo, Punta Paitilla y sus azulados rascacielos apretados,
En casco antiguo, la Catedral de Santa María la Antigua,con sus dos torres gemelas blancas,
delante de ella,
la plaza de la Independencia y plaza Francia, en su mirador,los
señores mayores,con sus carritos viejos,vendían los raspados de diversos sabores,refrescantes,por medio dolar,
lejano ya era el tiempo cuando costaban a "cuara",
La vida nocturna en el casco antiguo estaba repleto de bares y restaurantes con música en directo,
país de la salsa,
ceviche de corvina y langosta,patacones,
frituras de cobo y yuca frita...
El casco viejo ha cambiado mucho,
El palacio de las garzas,o palacio presidencial,se ubica en ese pequeño reducto de tierra en el mar,
compartiendo sus blancos y altos muros blancos, con los edificios coloniales desvencijados ,sin luz,sin agua y dejados la mayoría,de la mano de Dios,
hoy en día y a diferencia de tiempos pasados,es un lugar muy seguro y gratificante donde poder disfrutar al máximo de la calida noche tropical.
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