PORMAS PARA CONCURSOS.la caída oscura

            LA CAIDA OSCURA

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Tu supiste cercenar los edificios de cieno,

ya derrumbados,

tú supiste sajar el velo del sueño,

de todo aquello que todos anhelaban,

tu Dios sordo, al que si, 

amabas y esperabas detrás de los oscuros ventanales,

todo era para ti,Blas,

un hombre sin huesos,

una paz sin palabras,

una justicia sin sombras,

vacío,

hambre ,paz,palabras...

escombro de la vida,

espuma entre pabellones secos y carcomidos,

sólo soy un hombre,

¡entendedme!,

huesos apresados en la carne,

mientras mi alma,

ahogada,

se iba, 

sola, 

como rastrojos arrastrados por un río, sin prisa,

lentamente.

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Soy un hombre hambriento,

una parte de mí,

sepultada,

entre la sal dispersa del Nervión,

mi sangre espesa,

cae por las paredes de un gran salón,

el hombre junto la pared,

voceaba,

con sus manos trémulas,

echaba espuma,

sus ojos de salina agua,

¡venid aquí! ,

¡ángeles! ,

como peces pavorosos,

giraban y revoloteaban,

intentando destruir el metal,

que día a día forjamos,

miraba al cielo,

y no te encontraba,

miraba tus ojos,

y solo veía una tristeza infinita.

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Abrí mis ojos,

hasta destruir mi córnea,

pude ver el ajetreo de mi muerte,

el reflujo de todo lo que mis manos tocaron,

apresaron,

ahora soy yo,

sin rosas,sin ropajes,

sin nadie a quien rezar,

sin nadie a quien deber,

limpio, puro,

Igual que un niño atándose los zapatos.

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Yo se que existo porque tú no existes,

yo se que rezo porque tú no escuchas,

yo conozco tu inexistencia porque

padezco de la espalda y duele,

la muerte anuncia el tiempo,

yo te quise Dios,

te amé,te respeté,te recé,

pero fue mucho más ver

la piel sufrida de herpes,

destruida,

fue mucho más ver

los ojos rotos,

las piernas partidas,

fue todo por tu parte

un gran maltrato.

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Destruí mis manos apresando la arena,

perdí la vida entre la espesura,

espuma entre tanta maleza,

quise alzar mi voz,

escribir estas palabras en castellano,

mi patria,mi pueblo,

mi paz labrada entre vocales y consonantes de euskera,

gracias Blas,

yo también quiero labrar,

a mi también me queda la palabra.

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La humeda tierra desprende partida postrera sombra de trino  de diablo

tu alma en escorzo en retablo

mi corazón a dentellada unida

marchaste sin rumor contra mi vida

arrojando un certero venablo

no despierta mi lengua más vocablo

mudo y partido por la herida

tu cuerpo frío y tus labios blancos

como flechas que un día fueron besos

rompen mis ventriculos en añicos

mi amada espera en cadalsos

en ardiente mis ojos agónicos

más allá de unos dioses caprichosos.

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Imaginé tu mano huesuda,

tus largas uñas, blancas como esclerótica,

que circunda tu oscuro iris,

imaginé mis dedos de flecha acariciando tu mentón puro y purpúreo,

Imaginé mis labios rojos de otoño, queriendo embriagarse de tu ambrosía salvaje,

fuiste el refugio de mis ansias más oscuras,

el deseo prehistórico de amasar la harina y de escarbar surcos juntos,

esparcir el deseo de nuestras manos temblorosas,

cubrir de espesa selva el rubor de nuestras miradas,

enterrar simiente, pilar maíz y recoger fruta,

a pesar de muchas cosas,

fuimos dos grandes enamorados,

supimos golpear el infinito incierto,

lo hicimos propio como los grandes buques se hacen respetar con el clamor de sus viejas bocinas,

nos dimos lo que teníamos, que era la nada y todo,

cansados y arrogantes juramos acarrear piedras y hacer un túmulo,

presagio de una eternidad compartida.

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Caminábamos desnudos entre raíles,

la oscura noche reflejaba en las estrellas de frío,

los trenes varados a lo lejos,

estación yerma de remaches duros de fierro,

de niñez y juventud ,

viendo pasar el fantasma de la mano alzada del revisor,

pasado hundido entre helados de hielo, derretidos entre nuestros dedos de tierra,

todo partió de una noche oscura,

en aquel templo donde me deslumbraron tus ojos oscuros,

Ahora los edificios se ven tristes y quejumbrosos,

los hombres deambulan con los pies desnudos, atados,

sujetos a un hilo del colapso,

la palma de tu mano, tu cintura de flecha,

todo aquello que desperdiciamos,

todo aquello que fuimos y no quisimos o no pudimos ser .

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Sacamos todo aquello que creímos no valía la pena,

destrozamos los muros de nuestro hogar,

arrasamos con desorden el gres del piso,

nos dolían las manos y la esperanza,

la luz del sol golpeaba los ventanales,

y con todo aquello fui esclavo,

esclavo y errante de tus manos,

de todo aquello que una noche me dijiste,

me hablaste a la oreja,

hoy bebo de mi Castalia,

sueño con arrogantes dragones partidos,

con lamias crepitantes,

con diferentes sustancias dispersas,

vagando mi ser,

hundidos mis huesos,

partidos , 

sabor dulce de tuétano enamorado,

golpéame, húndeme,

nadie comparte tu piel oscura,

arista de todo aquello que no conocimos.

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Cuando la piedra golpeó el suelo,

sonaron las trompetas y se abrieron los cielos,

cuando mis manos ásperas la apresó,

un lamento de trueno y lluvia azotó el valle,

los animales ,asustados ,hicieron un hoyo y se escondieron,

otros escalaron cuipos y se hicieron una pelota,

dejó de oirse el canto de las aves,

todo fue un remanso tenso de miedo y de incertidumbre,

el hombre arrogante siguió en sus quehaceres,

recogiendo agua del río,

pilando maíz y pelando yuca,

sin darse cuenta,

la lluvia lo inundó todo,

arrasó el campo y los hogares,

no quedó nada despierto,

los que se salvaron perdieron hijos,mujer, madre,padre, abuelos,

quisieron rezar pero ya era tarde,

los adolescentes buscaban entre el barro a sus amadas,

todo fue en vano.

cuando llegó la calma, nadie fue como era,

los animales bajaron de las alturas, escarbaron duramente y salieron a la luz,

los dioses no estaban conformes.

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La vida,

la espera que araña,

en lo más profundo,

los edificios siguen llenos de podredumbre,

aquellos que intentaban plantar rosas, 

carecían de humildad,

los que quisieron dar agua, les fue repudiada,

todo es  regusto ácido en la boca,

en la iglesia de Roma se regurgita la leche materna , dolor de estómago, dolor de dientes,

la mar sabía a azúcar,

triste,

cómo el llanto del bebé amamantado con cebolla pobre,

en Nueva York,el Hudson sigue con resuello, cicatrizando,

todo es un desperdicio,

una gran basura,

sólo un beso,

solamente un beso,

Yo me puse a reír,

tu llorabas.

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Y aquel viaje que hicimos juntos,

aquellos paseos entre la lluvia de la Staré Mesto,

donde la noche partía la ausencia de todas las estrellas rutilantes,

donde esas gotas constantes, consolaban todas nuestras penas,

todo aquello que se hundió entre el barro,

abrazados, 

andamos con calma,

nos refugiamos bajo los arcos petreos y ya empapados,

nos besamos como Wayne y O'Hara en "El hombre tranquilo",

te dije que todo estaba bien,

que todo aquello no era más,

que casas vacías,

tus dedos abrazaron mi barbilla,

nos dimos cuenta que sólo aspirábamos a ser felices,

que todo aquello que ya olvidamos era lo que nos salvaría,

que todo eso haría , 

que ya nunca más dejáramos de perdernos.

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Fuiste lo que nadie tuvo ,

la valentía por encontrar y morir,

fuiste mi Walt Whitman ,

fuiste tus verdes insectos arrogantes,

tus ríos secos sin simiente,

tus caballos de rojo círculo, 

que montaban con fulgor las blancas yeguas a orillas del río ,

contigo la luna se balanceaba,bailaba,

destruía los edificios,

escombros que  sepultaban 

y vomitaban,

el hambre de tigre y paloma,

tú fuiste el manantial que bruñó

mi lava escondida,

tus cielos,tus rastrojos, todo aquello que

arañó mis mejillas aún imberbes,

te debo todo aquello ,el espejo almidonado,

la turbia fuente de mi ser,

que parió  mi inocencia.

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Más allá de las  farolas que desprenden hilillos de sangre,

que mendigan un griterío de luz,

de sapos encaramados en las cornisas,

de  calles hondas,

que rocían  pañuelos de mujercitas vírgenes,

de vientres golpeados,

de edificios angostos ,llenos de oro,de humildad,

de gritos en vertiente ,

todo desembarca con peces pavorosos escondidos en los bolsillos,

más allá de todo eso,

de todas esas criaturas ,

que piden a gritos una madre vacía,

unas cuerdas de garganta degollada,

piden las estrellas y se resisten en las desgarradas barandillas, 

siguen queriendo comer el barro de los áticos,

¡vomita! ,¡vomita! yo te defiendo con la mirada,

yo golpearé por ti, el buque duro y lo destruiré,

los perros duermen,todos respiran, muertos y sapos,

todos sueñan los aviones que destellan y esperan la nada a lo lejos,

todos quieren ser un simple átomo de arena de playa escurrida

que se clava como alfiler y se vuelve  gemido de araña,

todos temen a los fantasmas que hunden el rostro sonriente en las almohadas,

y mecen el cabello como crin de caballo silbante,

todo poco a poco , cercenando, abriendo tu cuerpo de marinero orgulloso,

hígados,pulmones,riñones,

corazon de ovillo y lis,

más allá,

el tiempo ,

escarbando a bocados,

las quemaduras infinitas de tus ojos,

filo agonizante, hiriente, eternidad de bueyes.

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Di todo lo que tenía,

no tengo derecho a más,

te di hasta la esperanza,

hasta el sueño lejano de un perpetuo comienzo,

los edificios crecían y crecían,

bajo el azul de miles de hormigas rebuznando,

tus dedos fueron aquello que surcó la tierra,

aquello que hizo simiente y germinó,

mientras tanto, sigo poniendo la gasolina al coche a dos euros el litro,

pero un trocito de esa esperanza que te di, no deja de encallar palpitante, 

en las rojas aristas de tus labios,

me desprendi de todos los ropajes y te ofreci, desnudo, la pena y la rabia,

mis pasos ,pacientes,hicieron huella en la arena,

alcé la mirada y las estrellas hacían acopio.

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Aquella planta, en tonos rosas,temblaba bajo las nubes grises,

los bosques oscuros circundantes, no podían llegar a ver aquello que llamaban  sol,

hacia mucho tiempo que en aquel reino, ya no eramos felices,

crecíamos sin saber que nos hundíamos,

nos hundíamos sin saber,

el viento azotaba, recorría voraz, el páramo y el  desierto yermo,

no había vida,no había nada,

sólo la púrpura ausencia de la nada,

los troncos muertos de carbón,

las tumbas ruidosas, sin nombres,

no querían saber nada de su pasado.

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Los edificios golpean duro entre los gritos,

la gente come palomas tristes sin saber que mastica,

los sueños de los ángeles son viejos, partidos en pedazos,

todo está roto,

todo quiere un verdugo pobre ,vestido de harapos,

todos huyen y alzan la voz,

entre los surcos ausentes,

corren las oscuras cucarachas,

cómo si fuesen  reinas de alto linaje,

ciertamente todo es decadencia,

todo es amor roto y pobre, como semilla vieja,

todo es escama de pez brillante recién muerto,

tu me cuentas historias,

yo , ya no quiero saber nada más,

todo es mentira, todo es agua estancada,

todo es  mar con falta de reflujo,

donde no hay nada abierto.

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Nada más  traernos el desayuno, entre las sabanas aún humedas,

me dijiste que debías marcharte,

que tu marido llegaba de Munich en el avión de las dos,

dejaste sin alma el croissant y el café aún humeante,

que tu vida no era completa,

te abracé y te ayudé a ponerte el  abrigo que te regalé,

no me diste un beso,

mientras bajabas las escaleras  haciendo un hondo ruido con los tacones,

me di cuenta ,

que ya nunca volvería a verte más.

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En los bosques oscuros de Otzarreta,

las hayas  centenarias,serpenteantes,

Zubizabala donde el viento de antes,

un otoño de lamias su silueta,

nuestros pasos de ocre a nuestra paleta,

de hojas carmesí y espectros ululantes,

Basajaun hirsuto,leyendas de antes,

realidades de milenios repleta,

desnudos bajo el murmullo del bosque,

nuestras almas se reencontraron en beso,

flechas que todo claman y destruyen,

fuimos resultado de nuestro amor leso,

como reclamo de varado buque,

donde todo lo eterno quedaba impreso.

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El mundo de cieno,

el futuro sin jubilación,

el otoño con deudas de lluvia y de frío,

quizá Dios, realmente no exista , que verdaderamente no seamos libres, ni lo merecemos,

determinantemente determinados,

quizá solo nos quede la esperanza de una vida nueva, 

después de la muerte,

los edificios vacíos, 

el gris del cielo,

el amor distante,

los epígonos del Parnaso,

la fresca Castalia,

los contornos de los labios que nunca nos atrevimos a besar,

las dudas llenas que no supimos desnudar,

los miedos a los que no supimos quitarles las sábanas,

y todas esas cosas y muchas otras más.

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Podemos decir que la vida es un amplio surco lleno de pajarillos trinando,

o amplios valles verdes de ríos murmureantes,

pero si damos la vuelta, 

vemos la realidad de la tinta manchada,

llena de maleza,

donde a bocanadas y braceadas, intentamos sacar un regalo interrogante,

no todo es azul como dicen,

mis  pies desnudos no hacen más que soportar espinas,

¿ y si ciertamente,sólo fuese eso?

todo hundido bajo cuerpos desmembrados,

y tu, Dios, no eres más que una arista adorada,

no eres más que una imaginación,

que no eres nada,

nos comemos sibilinamente,

si, me quedo con la flecha roja y distante, que golpea el ancho círculo y nos destruye.

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Si al menos supiera que existieses,

si no fueses más que el perfil de un niño que juega a esconderse,

si al menos nos dejaras ver un poco de la esclerótica de lo dedos de tu mano,

esa con la que nos arrebatas y cercenas sin piedad,

efímero es todo y somos,

tú infinito,

esperanza ciega en el hondo vacío,

¿por qué sigues cortando manos?

¿por qué sigues hundiendo ojos?

todo lo haces a manos llenas.

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Destruido y derruido estaba el cieno,

Mis pútridas botas de agua color verde,no daban para más,

me hundía y hundía,

A lo lejos se intuían gritos,  silbidos,

ladridos de perros hambrientos,

seguía poco a poco hundiéndome, lentamente,

por más que pensaba y soñaba,

en ti, 

no había soga que tirase de mi pecho,

todo era el hondo y salado mar 

la tierra húmeda y viscosa cubría ya mi nuez,

se escapó ya mi esperanza,

Y las palabras a quién despedirme,

todo fue un grito desesperado,

hondo y vacío.